Al final hemos decidido huir del frío polar que nos va a acompañar durante parte de nuestra estancia y he pillao un coche con David y Nathalie, y nos hemos ido al Desierto de Atacama. El primer día nos pegamos una paliza de coche para ir a la zona donde queríamos movernos. Dormimos cerca de la Reserva de Pingüinos de Humbolt y por la mañana fuimos a alquilar un bote para ir a una de las islas que forman el Parque Nacional, pero el mar estaba muy regular así que decidimos dejarlo para otro día. Nos dirijiamos a un pequeño pueblo llamado Vicuña y unas mochileras (llevamos todo el viaje recogiendo gente) nos dijeron que había una fiesta hippie en un pueblecito llamado Cochiguaz para celebrar el año nuevo Maya, y la verdad que no lo pensamos mucho.
El pueblo está en el Valle del Elqui, un valle en los Andes a más de 2000m, con un pelete que no veas, pero la ocasión merece la pena, es una zona del rollo de la Alpujarra, pueblecitos muy pequeños, junto a las montañas y con muy buen rollo. Toda la zona está llena de alusiones a Gabriela Mistral, ya que en uno de esos pequeños pueblos, Montegrande fué donde se crió y donde está enterrada.
Después de un par de días por el Valle del Elqui, finalmente fuimos al Parque Nacional Pingüinos de Humboldt, a un pequeño pueblo de pescadores (Punta Choros) desde donde se va en patera a dos de las 3 islas que componen el parque, la primera de ellas es donde están los pingüinos y los leones marinos, y se llama Isla Choros. Me quedé con ganas de bucear allí pero se me iba del presupuesto, y el agüita estaba fresquísima.
La segunda de las islas, más pequeña que la anterior, se llama Isla Dama, donde si se puede desembarcar y estuvimos paseando por allí hasta llegar a unas playas de arena blanca espectacular. En ambas había infinidad de aves, sobre todo pelícanos, 3 tipos de cormoranes y alcatraces. También vimos Nutria marina (Lutra felina).
Esa noche fuimos a un observatorio astronómico muy famoso en Chile, llamado Mamalluca, entre el Valle del Elqui y el desierto de Atacama, un sitio increible.
Al día siguiente fuimos al Parque Nacional Fray Jorge, un bosque relíctico en mitad del desierto de Atacama, que se mantiene por la humedad de las nieblas matinales. Un sitio precioso.
Después de tanto parque decidimos regresar a Santiago, donde se quedaba nuestra socia y David y yo partiamos solos. Decidimos ir a Osorno esa misma noche, para ahorrarnos otra noche de alojamiento. Tuvimos que parar el autobús porque se nos escapaba.
Sed buenos
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