martes, 24 de agosto de 2010

Viaje a Chiloé

Este fin de semana estuve en otro de los sitios que tenía especial interés en visitar, la Isla de Chiloé, la segunda isla más grande de Sudamérica después de Tierra de Fuego.

Mapa de la Isla de Chiloé

Aprovechando que iba a ir a Puerto Montt a un curso de 2 días de Moluscos decidí pasar el finde en Chiloé, ya que pillaba en la misma dirección. Al final se unieron a mi aventura Lynn (la chica de EEUU y que se apunta a lo que sea) y Gabriel (un chaval francés super apañao). Quedé con ellos en la estación de buses, ya que yo ya estaba allí, y nos fuimos dirección Castro, la capital de Chiloé. El viaje lo hicimos casi todo el tiempo de noche, así que no puedo contar mucho del paisaje pero lo que si es super curioso es que no hay un puente que comunique con la isla, así que hay que cruzar en un transbordador, un barco más simple que el mecanismo de una cucharilla, con una rampa delante y otra detrás, pero es muy extraño viajar en autobús sobre el mar jajajaja.

Vista del volcán Osorno desde la Universidad de los Lagos en Puerto Montt

El hostal que habíamos buscado en la guía estaba muy cerca de la estación de buses así que como llegamos muy tarde a la ciudad nos acostamos en cuanto llegamos.

Gabriel, Lynn y yo en el hostal con el mar de fondo

Al día siguiente nos levantamos temprano y estuvimos recorriendo toda la ciudad, visitando los característicos palafitos (casas contruidas sobre el mar), una iglesia que es entera de madera por dentro que es patrimonio de la humanidad (aunque por fuera es de chapa) y visitando el centro.

Castro


Interior de la Iglesia de Castro


Palafito cerca del puerto de Castro

Después decidimos ir a Cucao a ver el Parque Nacional Chiloé, que estaba a algo más de una hora en bus. Llegamos y el día seguía empeorando, tanto que no estaba ni el guardia del parque, así que "nos colamos". Nuestra idea era hacer el sendero de la costa y hacia allí nos dirigimos. A mitad del camino vimos como una parte del sendero estaba bajo el agua, por unas lagunas que se habían formado por las contínuas lluvias. A lo lejos veiamos (y sobre todo oíamos) el mar, así que decidimos que si no podíamos ir por el camino establecido buscaríamos uno alternativo. Conseguimos llegar al mar y vimos como el Pacífico no rendía honor a su nombre y estaba muy embravecido. El viento era muy muy fuerte, que incluso hacía dificil mantenerse de pie. A la vuelta la lluvia se hizo muy fuerte y como el viento venía de frente las gotas de agua nos golpeaban fuertemente en la cara. Cuando conseguimos llegar de nuevo al bosque estabamos completamente empapados y muertos de frío. Volvimos hacia la entrada del parque para tomar algo caliente en el bar de la entrada mientras esperabamos al bus, pero el bar estaba cerrado, así que nos fuímos hasta el pueblo buscando algún sitio donde comer algo y un poco de calor. En el pueblo encontramos un pequeño bar donde la mujer nos dijo que solo podía ponernos un huevo frito, pan y té, por supuesto en mitad de la nada eso es una maravilla. Estuvimos comiendo mientras veíamos el baño que le estaba metiendo el Barça al Sevilla en la vuelta de la supercopa.

Entrada del Parque Nacional Chiloé

Haciendo el ganso en la playa del Parque Nacional Chiloé, Oceáno Pacífico

Cuando terminamos de comer y viendo que se acercaba la hora que nos dijo el chofer del autobús a la que volvía salimos a la carretera. Como hacía mucho frío para estar parado dedidimos ir andando por la carretera, porque aquí los buses paran en cualquier sitio donde les pidas que paren. Estuvimos más de una hora andando, y ya pensabamos que tendríamos que pasar la noche en mitad del bosque jajajaja. Finalmente pasó el bus y regresamos a Castro y nos fuímos a cenar y a tomar algo. Yo me pedí el plato típico de Chiloé, el curanto, un plato de marisco que se cuece junto con salchichas, chorizo, carne y chapalele (masa de patatas con harina), una mezcla extraña pero rica, es como un cocido pero de marisco. Luego salimos por el centro a carretear (salir de fiesta en chileno) un rato.

Curanto

A la mañana siguiente nos fuímos a Dalcahue, un pequeño pueblo en la costa "interior" de la isla, ya que nos habían dicho que el domingo por la mañana montaban una feria (como un rastro o un barato) de artesanía y de alimentos de todas las islas y pueblos de alrededor. Estuvimos visitando el pueblo toda la mañana y después decidimos cruzar en otro transbordador a la Isla de Quinchao e ir a Curaco de Vélez, un pequeño pueblo de pescadores, que tiene pinta de ser un paraiso en verano. Regresamos a Dalcahue a comer porque en Curaco estaba todo cerrado. Allí nos pedimos, lo que después denominamos salmón al crimen, que es un filete grande de salmón sobre una cama de papas, tomate, queso y CHORIZO, de ahí el crimen, ya que le quita todo el sabor al pescado y no pega ni con cola.

Puerto de Dalcahue

Vista desde Curaco de Vélez. Al fondo Dalcahue

Por la tarde regresamos a Castro, aprovechamos para visitar otra zona de palafitos, ya que la lluvia nos estaba dando una tregua. Luego pillamos el bus en el que regresamos a Osorno.

Palafitos desde el mirador de Gamboa en Castro (con la marea muy baja)

La verdad que el viaje fue fantástico y ha sido uno de los sitios más bonitos (y baratos) de los que he visitado de Chile.

Sed buenos

martes, 17 de agosto de 2010

De visita a Aguas Calientes

El fin de semana me fue a la cordillera con 3 amigas, Lynn, Marion y Rocio. Este viaje resultó especialmente gracioso porque el nombre del pueblo es igual que donde están Ana y Candela pero en México.

Cruce de Aguas Calientes

Fuimos a una zona de aguas termales que se llama Aguas Calientes que está como a 100km de Osorno. Fuimos en bus hasta Entrelagos, de allí nos fuimos en un camión que nos recogió hasta Puyehue y de allí andando hasta Aguas Calientes.
Bajando del camión que nos llevó hasta Puyehue

La zona de aguas termales tiene una zona acotada, como una piscina, pero nosotros nos fuimos a la zona salvaje, rodeada de bosques y sitios increibles. La zona en cuestión es un río, en cuya orilla puedes escarbar y surge agua muy caliente, debido a que estamos sobre un volcán. Pasamos toda la tarde revolcaos como cochinillos mientras llovía, pero con el agüita caliente y la birrita se estaba muy agusto.

Revolcao en el agua cual cochino-jabalí

Vistas del Parque Nacional Puyehue junto a las termas

Sed buenos

miércoles, 11 de agosto de 2010

Viaje a San Carlos de Bariloche

Como ya os comenté que la universidad aquí comineza a un ritmo tranquilito me fui con David, Lynn (EEUU) y Natalia (Colombia) a uno de los sitios que traía apuntado para visitar, San Carlos de Bariloche o Bariloche como lo llaman los argentinos.

Mapa de Bariloche y alrededores

El viaje son 4 horas a través de Los Andes, mucha nieve, unos bosques increibles, muchas rapaces, es decir nada más empezar ya es un flipe.
Vistas de la carretera desde el autobús


Frontera argentina

Cuando llegamos estuvimos toda la tarde buscando un hostal, debido a lo cual la colombiana empezó a mosquearse, ella lo de andar no lo llevaba muy bien. Salimos a tomar algo pero hacía un frío que te cagas así que decidimos comprar Quilmes y hacer botellón en la habitación.

Bariloche es una ciudad a la orilla de un enorme lago, rodeada de altísimas montañas y de un buen puñao de lagos. Tiene un rollo como Pradollano (Sierra Nevada), parecido a Suiza pero lleno de argentinos jajajaj
Plaza central de Bariloche

Al día siguiente estuvimos toda la tarde andando por allí, recorriendo la ribera del lago y luego nos fuimos a buscar el Cerro Catedral, una de las montañas más altas de las que hay allí, y donde está la estación de esquí. Como ese día también andamos como 20-25km la colombiana seguía cabreandose jajajaja. Por la noche tuvimos el mismo plan que el día anterior. Lynn nos comentó que ella quería ir a esquiar al día siguiente. David y yo estabamos como locos pero los precios eran muy caros, así que dijimos que preferiamos ir a conocer los alrededores.

David y yo en Llao llao

Por la mañana las niñas se fueron a esquiar y David y yo nos fuimos dirección Llao llao. Desde allí seguimos andando por un increible bosque dirección Colonia suiza, un pequeño pueblo que su nombre no deja mucho a la imaginación de que es. Por el camino decidimos hacer dedo porque nos quedaban mas de 20km y no nos iba a dar tiempo llegar a Bariloche antes de que se hiciera de noche. Nos recogieron uns chavales, un argentino y un canadiense. Este último llevaba más de 7 meses viajando por sudamérica y no sabía cuando iba a volver a su país. Estuvimos toda la tarde con ellos visitando los pueblecitos y las cervecerías artesanales de la zona, y Julián (como se llamaba el güiri) nos estuvo contando donde había estado y me dío algunas recomendaciones de viajes (una de ella se llevará a cabo a mediados de octubre). Cuando llegamos la colombiana ya había explotado, Lynn no le quiso enseñar a esquiar (con toda la razón, para un día que tienes para esquiar y a un precio desorbirtao, no lo vas a perder en enseñar a un pato) y decidió irse a ¡¡¡hacerse la manicura!!!!. Desde ese momento ya eramos 3 en el viaje. Por la noche salimos de fiesta porque era la fiesta de inicio de la temporada de esquí.

David y yo tapando las vistas del Lago P. Moreno

Templo cervecero. Cervecería artesanal Blest

Al día siguiente estuvimos otra vez recorriendo la ciudad y nos volvimos otra vez en bus atravesando Los Andes.

Un buen fin de semana y un sitio increible

Sed buenos

jueves, 5 de agosto de 2010

Llegada a Osorno y busqueda de casa

Cuando pillamos el autobús en Santiago dirección Osorno el acomodador del autobús nos hizo precio especial por pagar en el propio autobús y "no querer" billete (o sea que se guardó la pasta en el bolsillo y todos tan felices).

Después de 11 horas de viaje, el jueves llegamos a Osorno, una preciosa ciudad, cálida y luminosa jajajjaja, es un pueblo oscuro, frío y destartalao.

Vista de Osorno

Bueno después de varios días encontré casa, una casa muy grande junto a la universidad y con un montón de gente. El lunes tuvimos la reunión de los alumnos de intercambio y demostrando el caracter español me los llevé de fiesta hasta altas horas.

Alumnos de intercambio

El martes fuimos a la facultad porque empezaban nuestras clases, pero nuestro coordinador estaba de vacaciones, así que su ayudante nos presentó a nuestros profesores y nos dijo que volviesemos el lunes (de la semana siguiente). Evidentemente en ese mismo momento decidí viajar para aprovechar esas "vacaciones". Mi idea era irme el miércoles, pero digamos que otra fiesta improvisada el martes por la noche fué durilla, así que decidí darle un poco de tregua a mi organismo. Aunque el miércoles también hubo fiesta, el jueves por la mañana me fui con David, una americana y una colombiana a Bariloche (Argentina) a pasar el finde. Este viaje merece una entrada propia, así que en los próximos días la contaré.

Sed buenos